De reciente estreno en Prime Video, Daisy Jones & The Six es un emotivo y necesario viaje a una de las últimas épocas en las que el rock era el rey en la música: la década de los 70. Adaptada de la novela del mismo nombre escrita por Taylor Jenkins Reid publicada en 2019, la serie se ubica en la década en la que bandas como Queen, Eagles o Pink Floyd dominaron las listas de popularidad y en la que quizá fue la última gran década para el rock como género musical.
Daisy Jones (Riley Keough) es una chica que creció en la escena angelina del rock, yendo de adolescente a varios conciertos de grupos legendarios y con el talento para componer canciones basadas en su experiencia personal. Billy Dunne (Sam Claflin) es un chico de Pittsburgh que junto con su hermano Graham (Will Harrison) crea su propia banda de rock en búsqueda de una oportunidad.
Hasta aquí, es una historia como cualquier otra de una banda que tiene que picar piedra hasta tener su gran oportunidad. Pero si se piensa que el libro y la serie están basadas más o menos en lo que fue la historia de Fleetwood Mac, la cosa cambia.
Hasta el momento de escribir esto, Prime Video ha lanzado los tres primeros episodios de la miniserie, y es un deleite verla gracias a que ha captado bit por bit lo que fue la década de los 70 para la música, muy en el estilo de Almost Famous, de Cameron Crowe. Cuando The Dunne Brothers (la banda de Billy) encuentra el apoyo del famoso productor Teddy Price (Tom Wright), su fortuna comienza a cambiar, pero también las consecuencias que vienen con ello.
La banda cambia de nombre, graba su primer disco, comienza a tener éxito y sí, como solía/suele pasar con cualquier banda de rock que se respete, vienen también los excesos: sexo, alcohol, drogas, comportamientos erráticos y un largo etcétera. Billy se enfrenta a sus temores y miedos, maximizados por su paternidad con la fotógrafa de la banda, Camila Alvarez (Camila Morrone).

Al salir de rehabilitación, Billy decide enfrentar sus responsabilidades y la banda pasa a un segundo término. Pero Price tiene otros planes. Y aquí es cuando las cosas cambian y la serie mejora aún más de lo que es. Price reúne el talento de Daisy con la energía de Billy y comienzan a saltar chispas de lo que veremos en capítulos más adelante.
Hasta el momento, Daisy Jones & The Six es un placer por varios motivos. El diseño de producción es impecable al recrear el look & feel de la primera mitad de la década de los 70, así como el trabajo de vestuario y hasta las expresiones. Otro elemento básico en una serie musical es su soundtrack, el cual está perfectamente integrado en la trama con canciones reales y menciones de artistas reales de la época, lo que provoca que la historia de la banda de Daisy y Billy se sienta genuina.
Pero es el trabajo de su elenco el que la hace más que disfrutable. Keough es perfecta en el papel de Daisy, quien tiene toda la vibra hippie, revolucionaria y feminista de una Stevie Nicks con la emotividad de Joni Mitchell. Keough trae la música en la sangre, pues es nieta de Elvis Presley (por si su rostro no lo deja claro) y aunque se ha desarrollado como actriz, nunca tuvo entrenamiento musical, el cual fue intensivo para poder darle vida a Daisy. Así, Riley interpreta ella misma las canciones compuestas por Daisy. Un gran punto para darle credibilidad a su personaje y a la trama entera.

Lo mismo aplica para su coprotagonista, Sam Claflin, quien se hiciera famoso tras debutar en Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides (2011) y después por su personaje de Finnick Odair en la saga de The Hunger Games. Al igual que lo hiciera Billy Crudup en Almost Famous, Claflin tiene esa energía y magnetismo que mezcla personalidades como Mick Jagger, Robert Plant o Jim Morrison para dar vida a su Billy. Claflin igualmente interpreta las canciones, y lo logró -junto con sus compañeros- gracias a que la pandemia de COVID-19 pospuso la producción año y medio, como lo narran en este artículo de Variety.
Si bien esta no es la historia disfrazada de Fleetwood Mac, el tono y las características de varios integrantes de The Six son el equivalente, en menor o mayor medida, de Mick Fleetwood y John McVie, destacando la tecladista Karen (Sukie Waterhouse) en una clara alusión británica de la recién fallecida Christine McVie.
Daisy Jones & The Six es, además, un viaje nostálgico a una época en la que nacieron o se desarrollaron varias de las más grandes bandas de rock del mundo. En una época en la que el rock como género – y peor aún, como forma de expresión contestataria a la sociedad- está prácticamente desaparecido, con géneros como el trip-hop, hip-hop, urbano, reggaeton y pop anodino dominando los charts, una historia que nos recuerde lo que es el rock, lo que significa, su trascendencia y su poder es más que bienvenida y refrescante.
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