Desde hace muchos años he sido un férreo defensor de la música orquestal para cine, y he señalado que muchos compositores y temas del Séptimo Arte pueden ser considerados en el mismo nivel que la música clásica… aunque me tilden de sacrílego.
Por regla general, la música para cine (la orquestal, pues) suele ser considerada «menor», «popular» o de «easy listening», por lo que se le suele calificar como música para «las masas». No me voy a detener en ese análisis, así que mejor pondré como ejemplo lo que inspiró este texto.
Una de las orquestas más renombradas (y quizá la más respetada) del mundo es la Filarmónica de Viena, que durante toda su historia ha interpretado las más excelsas obras de Bach, Mozart, Beethoven, Tchaikovsky y un larguísimo etcétera.
Pues bien, la Filarmónica de Viena (¡Viena, caramba! prácticamente la catedral de la música clásica) siempre se había rehusado a interpretar temas de cine justamente por varias de las razones que mencioné arriba. Pero siempre hay una excepción y una primera vez:
El 18 y 19 de enero de este terrible 2020, antes de que el mundo cambiara a lo que es ahora, esta famosa orquesta ofreció, por primera vez, dos conciertos de música para cine. ¿Quién fue el compositor culpable de que se hiciera tal excepción?
Por supuesto, no podía ser otro: John Williams.
¿Cuál es la importancia de esto? En primer lugar, fueron los propios músicos de la orquesta quienes aceptaron «hacer la excepción» justo por tratarse de Williams. Segundo, fue la primera vez que Williams dirigió un concierto de su música en la Europa continental. Tercero: lo hizo a pocos días de cumplir 88 años de edad.
Por su avanzada edad y por la situación actual que vive el mundo tras la pandemia de COVID-19, dichas presentaciones adquieren más relevancia porque podrían haber sido las últimas en las que Williams tomara la batuta para dirigir.
Si bien el legendario compositor tiene programados una presentación en octubre (Milwaukee) y otra en enero de 2021 en el Carnegie Hall de Nueva York, la pandemia y las medidas que impiden espectáculos en recintos como salas de concierto, es muy poco probable que se lleven a cabo.
Por eso, la salida a la venta (y en streaming) del CD John Williams Live In Vienna representa un acontecimiento especial para los amantes de la música compuesta para la pantalla grande.
Si bien el CD no incluye todas las piezas interpretadas en el evento (en octubre saldrá la edición especial, junto con el Blu-ray del concierto completo) que se llevó a cabo en la capital austriaca, es una pieza de colección por ser el reconocimiento al trabajo y talento de Williams, cuya música ha influenciado e inspirado a varias generaciones desde hace más de medio siglo.
Con la participación especial de la afamada violinista alemana Anne-Sophie Mutter (quien grabó junto con Williams el álbum Across The Stars en 2019), la legendaria calidad interpretativa de la Filarmónica de Viena queda de manifiesto en varios de los temas más famosos de Williams: Jurassic Park, E.T., Close Encounters of the Third Kind, Indiana Jones, Tiburón y más.
Williams ha sido responsable de que miles de personas en el mundo se hayan dedicado a la música, y eso queda de manifiesto en una de las anécdotas más famosas de sus presentaciones en Viena: para el encore, Williams no tenía previsto que se interpretara la legendaria Marcha Imperial de El Imperio Contraataca, por lo que ni siquiera llevó la partitura del director consigo.
Pero fueron los músicos de la orquesta quienes le pidieron interpretarla, en lo que fue un final apoteósico para sus dos conciertos en la tierra de Schubert, Haydn y Strauss.
Las incontables ovaciones de pie que recibió Williams de un público cuyo oído está educado y acostumbrado a aplaudir las interpretaciones de los grandes maestros de la música clásica, reafirma lo que siempre he creído: la música para el cine, y en particular el trabajo de John Williams, son los nuevos clásicos que perdurarán para siempre.