Bombshell: el poder de la denuncia contra el acoso sexual

Todo movimiento social tiene una semilla que va germinando hasta florecer, y ese es el caso del famoso #MeToo, que en Estados Unidos ha desatado toda una serie de acusaciones en contra de hombres poderosos que, gracias a su posición, abusaron emocional y sexualmente de decenas, sino es que cientos de mujeres durante años.

Poco más de un año antes de que dicho movimiento surgiera, particularmente a raíz de las acusaciones que hicieron decenas de mujeres en contra del productor cinematográfico Harvey Weinsten en octubre de 2017, la caída de un poderoso personaje de los medios de comunicación, en este caso Roger Ailes (director de la derechista cadena de noticias Fox News) sirvió de chispa para lo que se vive actualmente en prácticamente todos los niveles sociales y laborales en el vecino país del norte.

Bombshell, dirigida por Jay Roach, narra los hechos que llevaron a la caída de Ailes (John Lithgow) de la dirección de Fox News, a la cual renunció tras las acusaciones de más de una veintena de mujeres en su contra, quienes alegaron haber sido violentadas y acosadas sexualmente por él. Dichas acusaciones iniciaron con la demanda que presentó en su contra Gretchen Carlson (Nicole Kidman), quien lo acusó de acoso sexual, y la posterior aceptación de una situación similar por parte de la presentadora estrella de Fox, Megyn Kelly (Charlize Theron).

El filme se centra en la figura de Kelly por ser ella la que más poder tenia dentro de la cadena de noticias, pero se apoya en un par de subtramas (la historia de Carlson y de Kayla Pospisil, una atractiva, ambiciosa y un tanto ingenua mujer, interpretada por Margot Robbie, cuyo sueño era trabajar en Fox) que ayudan a ir desmenuzando y evidenciando, poco a poco, el sistema de poder tóxico masculino en el que se desenvolvía Ailes y que sigue presente en una gran parte de los medios de comunicación.

La cinta mantiene un buen ritmo, aunque por momentos se nota que fuera del personaje de Kelly, a los demás les falta un mejor desarrollo de sus personalidades y motivaciones, además de que es una historia de la que se debe tener al menos algo de contexto para comprenderla mejor.

Pero vale la pena por el trabajo de su elenco, en particular el de Charlize Theron, quien con ayuda de maquillaje y su talento, prácticamente desaparece par convertirse en Megyn Kelly, adoptando el lenguaje corporal, voz y gestos de la famosa conductora. Theron, quien no lo piensa dos veces para sacrificar su aspecto a favor de un personaje (ejemplos de ello son su trabajo en Monster, donde prácticamente es irreconocible como la asesina Aileen Wuornos, por la que ganó el Oscar; o su interpretación de Imperator Furiosa en Mad Max: Fury Road), tiene una justa nominación al Oscar como Mejor Actriz.

Del resto del elenco, Kidman y Lithgow realizan, como siempre, un sólido trabajo, a pesar de que sus personajes -sobre todo el de Kidman- no les dan mucho material para desarrollarlos mejor. Destaca el trabajo de Robbie, cuyo empeño en demostrar que es una actriz de verdad y no solamente una cara y cuerpo atractivos han dado frutos en años recientes. Su personaje de Kayla (quien es una amalgama de varias mujeres abusadas por Ailes) le permite algunos de los momentos más dramáticos y de tensión en el filme.

Bombshell, además, maneja de manera directa -aunque un poco en el background- el papel que Fox News jugó durante la campaña presidencial estadounidense de 2016, pues fue uno de los principales apoyos que recibió Donald Trump, otro conocido y denunciado acosador y hostigador de mujeres, y pone en la conversación nuevamente lo que ha sido el movimiento #MeToo, que ha puesto en jaque a varios hombres poderosos de Hollywood (Weinstein y Kevin Spacey en particular), y que por momentos pareciera que va perdiendo fuerza.

En México hubo un intento bastante fallido de lograr un #MeToo parecido al estadounidense, pero no por culpa de las mujeres que denunciaron (la mayoría con toda la credibilidad del mundo) aquí a periodistas, cineastas, productores, músicos o escritores, sino porque vivimos en una sociedad machista que, para variar, va varios años atrasada a lo que dicta la corriente mundial. Pero ese es otro tema.

Aunque queda a deber en ciertos aspectos, Bombshell vale la pena por el trabajo de su elenco y como un interesante recordatorio de que ya se inició un movimiento que pretende dignificar a la mujer no sólo en sus centros de trabajo, sino en todos aspectos, y que no debe tener marcha atrás. Ojalá y como han caído personajes como Ailes, Weinstein y otros, la sociedad siga empujando para que los verdaderos predadores sexuales terminen donde merecen.