Rocketman o la eterna búsqueda del amor y la aceptación

Cualquier cinta biográfica (biopic), en particular las que están basadas en la vida de alguien que todavía vive, suelen tener cierto sesgo en la historia que cuentan, y más si el sujeto de su trama es uno de los productores.

Tal es el caso de Rocketman, el filme dirigido por Dexter Fletcher que narra la historia del cantante británico Reginald Dwight, mejor conocido como Elton John, donde éste funge como productor ejecutivo.

Reconocido como uno de los grandes iconos del rock/pop en la década de los años 70 y principios de los 80, de Elton John se sabe que tuvo una vida llena de excesos -en particular en cuanto a las drogas y el alcohol se refiere- y que, a mediados de la década de los 80, tocó fondo.

Se metió a rehabilitación y desde entonces exorcizó sus demonios para dejar de ser el extravagante y locuaz artista y convertirse en un ejemplo de lucha contra el sida, de apoyo a causas benéficas y haber ganado varios Grammy y hasta un Oscar.

Pero nada de esto último aparece en Rocketman, que bien podría definirse – tal como su propia publicidad pregona- como una fantasía musical. Fletcher, en conjunto con el guionista Lee Hall (Billy Elliot, Pride and Prejudice, War Horse), decide romper el esquema tradicional de las biopics para incorporar la música de John a la narrativa y convertirse, por momentos, en una reminiscencia de lo que hizo Baz Luhrmann en Moulin Rouge! o Adam Shankman en Haispray: números musicales vistosos, con ciertos elementos de humor y fantasía, y la inclusión de coreografías, aunque sin perder de vista el drama que rodea la vida del artista.

Y es en este punto donde Rocketman destaca en grande. La historia es narrada en retrospectiva por el propio Elton John (un extraordinario Taron Egerton), quien durante su estancia en una clínica de rehabilitación va narrando su vida desde que era un niño tímido y miope que vivía en el medio de una familia disfuncional gracias al egoísmo de su madre, Sheila (Bryce Dallas Howard) y la rigidez de su padre, Stanley (Steven Mackintosh).

Con la sensibilidad artística a flor de piel y un talento innato para el piano, Reginald sólo tiene apoyo en esa etapa de su abuela, Ivy (Gemma Jones). Al ir creciendo, tanto en edad como en estatura musical, decide cambiarse el nombre por el de Elton John, al tiempo que va buscando el amor y afecto que su propia familia le negó.

Y es que, al final, Rocketman es exactamente eso: una historia que refleja la incansable y dolorosa búsqueda de un hombre no por el dinero o la fama, sino por amor. En una secuencia del filme, cuando Elton le confiesa su homosexualidad a su madre, ésta le responde: “Pues entonces has escogido un camino en el que siempre vas a estar solo”. A pesar del éxito, lo que Elton vive es una existencia llena de dinero, placeres, sexo, drogas, alcohol y demás, pero en la que se siente profunda y brutalmente solo.

Su único verdadero amigo, durante prácticamente toda su vida, fue el letrista con el que creó varias de las más famosas canciones de la historia, Bernie Taupin (quien contra la creencia popular, no es gay). Ambos eran el complemento perfecto para el otro y Taupin (Jamie Bell) siempre estuvo al lado del artista hasta que éste terminó por alejarlo en su etapa más conflictiva.

Además de Taupin, la otra persona con más influencia en la vida de John fue su mánager, John Reid (Richard Madden), quien básicamente es el villano del filme pues desde el inicio se convirtió en amante de Elton, además de llevarlo al mundo de los excesos y a quien explotó comercialmente hasta que se hartó.

Así, a través de flashbacks en los que se observa la juventud de John hasta que se convierte en una superestrella, el filme va equilibrando los momentos alegres y vistosos con los dramáticos y de impacto emocional, y lo logra gracias a la estupenda interpretación de Taron Egerton (Kingsman: The Secret Service, Eddie The Eagle), quien no solamente canta los temas de toda la película o imita los movimientos y gestos de Elton John, sino que se convierte en Elton John.

Egerton lleva en su espalda todo el peso de la película y cumple con creces. De igual forma es capaz de transmitir la exuberancia de John en el escenario que la timidez de éste fuera del mismo, así como los demonios emocionales que tanto lo atormentan hasta que decide que es suficiente y se reinventa.

Si Rami Malek ganó el Oscar a Mejor Actor por su interpretación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody, con Egerton debería pasar lo mismo, pues su Elton John es simplemente de antología.

Las comparaciones entre Rocketman y Bohemian Rhapsody son, hasta cierto punto, inevitables, pues ambas muestran la vida de un ícono gay británico de la música durante los años 70-80, que se convirtió en superestrella y cuya búsqueda por la aceptación lo llevó a cometer una cantidad incontable de errores y excesos.

Pero en realidad son dos filmes muy diferentes y sus sujetos principales también. Mientras Bohemian Rhapsody es básicamente una feel good movie que celebra la vida no sólo de Mercury, sino de Queen, Rocketman va más allá al presentar los claroscuros de Elton John.

Emocionalmente, el trabajo de Fletcher en Rocketman es mucho más impactante que lo que pudo haber llegado a hacer en Bohemian (Fletcher dirigió ambas películas, y en el caso de esta última, llegó a rescatar su filmación en lugar de Bryan Singer, quien fue despedido a medio rodaje. No se sabe a ciencia cierta qué tanto de la versión final de Bohemian Rhapsody es de Singer y qué tanto de Fletcher, quien por reglamentos de la DGA terminó no con el crédito de director, sino como productor ejecutivo).

Señalo que son parecidas, pero diferentes, porque en el caso de Mercury, él tuvo a su alrededor a varias personas que se preocupaban por él (Roger Taylor, Brian May, John Deacon y su única verdadera amiga, Mary Austin) y no fue capaz de detener sus excesos, mismos que lo llevaron a una muerte temprana.

En el caso de Elton John, prácticamente su único amigo fue y ha sido Bernie Taupin y en su momento John Reid (quien por cierto, de 1975 a 1978 fue mánager de Queen), pero nada más. La vida de Elton fue más solitaria y aunque pasó por momentos difíciles, supo detenerse a tiempo para no terminar como Mercury. Así que el tono y el acercamiento a ambas historias es diferente, por lo que las comparaciones salen sobrando.

Al final, la historia de Elton John es acerca de la importancia que tiene en la vida de cualquier persona la familia, los padres, los amigos, la pareja y, lo más importante, la búsqueda eterna por el sentirse querido y reconocido.

Una de las secuencias finales del filme muestra esto de manera clara y alegórica con el encuentro que tiene Elton John con su yo de niño. Aunque suene cursi y cliché, el amor es lo que mueve al mundo, y esa es la esencia de Rocketman.

De más está comentar que otro de los fuertes del filme es por supuesto, el soundtrack. Básicamente los mayores éxitos de Elton John de 1970 a 1983 están presentes: Your Song, Goodbye Yellow Brick Road, Crocodile Rock, Don’t Let The Sun Go Down On Me, Bennie and The Jets, Tiny Dancer, I’m Still Standing y varios más que, por otro lado, sirven para presentarle a las nuevas generaciones el talento de uno de los músicos más exitosos de la historia y que, al igual que todos, lo único que busca es amor.